5 Errores Que Las Iglesias Pequeñas Son Más Propensas a Cometer

Los diferentes tamaños de iglesias realizan funciones diferentes. Y enfrentan retos distintos.

Las iglesias pequeñas no solo son versiones más pequeñas de las iglesias grandes.

Cada tamaño tiene valor, pero las congregaciones de diferentes tamaños realizan diferentes funciones en el cuerpo de Cristo. También tienen distintos retos y ellas tienden a cometer distintos tipos de errores.

Aquí hay 5 errores que las iglesias pequeñas son más propensas a cometer, en comparación con las que son grandes. Entre más pequeñas, son más susceptibles.

  1. Aferrarse a Tradiciones Anticuadas

Algunas tradiciones fortalecen una iglesia, otras la debilitan.

Algunas tradiciones que se usan para fortalecernos eventualmente nos debilitan si nos aferramos a ellas cuando ha pasado su fecha de caducidad.

Algunas iglesias necesitan hacerse a sí mismas una pregunta muy seria. Concretamente, ‘¿qué es más importante para nosotros? ¿Aferrarnos a tradiciones que están matando nuestra iglesia, o dejar ir algunas tradiciones para salvar la iglesia?’

No, no estoy hablando de principios bíblicos. Sin ellos, no podemos llamarnos iglesia. Pero cualquier otro diferente de ellos, necesitan estar sujetos ligeramente, y algunas veces no en absoluto. 

2. Planeación Deficiente o Inexistente

No hace mucho, estaba hablando con el pastor de una iglesia agonizante. Él estaba emocionado con sus planes para revitalizarla, así que le pedí enviarme un bosquejo de esos planes. ¿Qué me envió? Un calendario de seis meses de sus reuniones de comité.

Ciertamente, tener el equipo de planeación reunido para tiempos regulares de oración, estrategia y asesoría, es una parte muy valiosa de este proceso. Pero tener más reuniones es un sustituto deficiente de tener un plan.

Otro pastor en una situación similar me envió una lista de su serie de sermones. Predicar en series puede ser muy útil. Lo he hecho por años. Pero no podemos confundir una serie de sermones con un plan de revitalización más que lo que son las reuniones. Ellas pueden ser elementos de un plan, pero no pueden ser el plan.

En un reciente, y muy útil Podcast de Thom Rainer acerca de replantar iglesias muertas o agonizantes, Mark Clifton dijo que las iglesias en crisis “generalmente valoran el proceso de decisión por encima del resultado de la decisión.” Las iglesias saludables priorizan los resultados.

Un plan incluye un mapa del camino para saber cómo llegar de donde estás ahora a un futuro mejor, más deseable. Ciertamente ese plan cambiará con las circunstancias, también la habilidad para adaptarse y cambiar necesita ser construida en ese plan. Pero, para repetir el viejo cliché, aquellos que fallan en planear, planean para fallar.

3. Asesoría o Evaluación Insuficiente

Entre más pequeña sea la iglesia, más difícil es evaluar su efectividad numéricamente.

Pero eso no significa que no podemos o no debemos evaluar su efectividad de alguna forma.

Después de que Jesús envió a los 72, los reunió y les preguntó cómo salió su misión. Luego, les dijo cómo evaluar su efectividad (Lucas 10).

Cada vez que hacemos cualquier ministerio, necesitamos reunir al liderazgo para analizar:

  • Lo que salió bien
  • Lo que salió mal
  • Por qué salió bien o mal, y
  • Qué podamos hacer para mejorar la próxima vez.

Yo sé, cuando las cosas están realmente mal, eso puede ser doloroso. Pero es esencial.

4. Demasiado Enfoque Interno

Muchas iglesias agonizantes están haciendo esto debido a sus muchos años de obvio e intenso conflicto.

Pero algunas iglesias se sorprenden de estar agonizando, porque, frecuentemente, las personas que permanecen están teniendo un buen tiempo entre ellas.

“La predicación es grandiosa, la adoración es vibrante y el compañerismo es muy profundo,” es lo que frecuentemente dirán. Pero muchas veces solo se siente así para aquellos que ya pertenecen a esa congregación.

En un artículo previo, hice una declaración con la cual muchos lectores no estaban de acuerdo. Pero la sostengo. Aquí está otra vez. “Si tu iglesia no está dispuesta a ser cambiada por los no creyentes que vienen a tu iglesia, ellos no vendrán.”

Sí, necesitamos estar dispuestos a permitirles cambiarnos, no solo esperar que nosotros les cambiemos. De hecho, entre más pequeña es la iglesia, esto es más cierto, porque en un grupo más pequeño cada persona tiene un impacto mayor.

Si no estamos dispuestos a escuchar y adaptar nuestros métodos (pero no nuestra teología central, por supuesto) basados en las necesidades cambiantes de la comunidad que nos rodea, seremos vistos por ellos con una creciente frialdad, distancia e irrelevancia.

No, la iglesia no debe abandonar nunca a los santos que la construyeron y apoyaron (un reto que abordaré en el artículo complementario acerca de los errores que las iglesias grandes tienden a cometer), pero si todo lo que estamos haciendo es mantener un grupito santo, hemos dejado de ser una luz en la oscuridad.

5. Dependencia en el Pastor, en Lugar de Hacer Discípulos

Entre más pequeña la iglesia, más necesitamos luchar en contra de la expectativa de que el pastor debe hacer ministerio para los miembros. En lugar de esto, debemos seguir el mandato bíblico de equipar miembros para que hagan la obra del ministerio (Efesios 4:11-12).

Ninguna iglesia puede sobrevivir si su ministerio no crece más allá de la capacidad del pastor. Necesitamos expandir nuestra base de ministerio a través de equipar e involucrar a todos.

Lo Que Esta Lista No Significa

Antes de concluir, quiero asegurarme que ningún lector se va pensando algo que no intento decir con lista, específicamente estos cinco posibles malentendidos.

  • Primero, esta lista no es exhaustiva. Ninguna lista puede serlo.
  • Segundo, ninguno de estos errores es inevitable, sin importar lo pequeña que la iglesia sea.
  • Tercero, éstas no necesariamente son razones para que la iglesia siga siendo pequeña. Entonces, si tu iglesia es pequeña y no está cometiendo ninguno de estos errores, ¡eso es grandioso!
  • Cuarto, arreglar estos errores tal vez no traiga crecimiento numérico. Hay muchas iglesias saludables, misionales y estratégicas que no tienen estos problemas, pero sigo encontrando que su mayor contribución para Cristo y su iglesia viene en paquetes más pequeñas.

El crecimiento numérico no es la meta. La salud sí. Algunas veces esa salud producirá crecimiento numérico, otras veces no.

Finalmente, las grandes iglesias no son perfectas. Tal vez no tienden a cometer estos errores, pero ellos tienen sus propios grupos de desafíos.

-Escrito por Karl Vaders

*Articulo originalmente apareció en www.ChristianityToday.com